ENCIERRO A CABALLO EN ALDEIA DA PONTE 30/3/13
Nos acercamos a tierras
portuguesas, siempre bien recibidos, a presenciar una jornada taurina y
variada. A las 11:00 (hora portuguesa) daba comienzo el encierro a caballo.
Desde la coqueta plaza de toros se podían escuchar los quads y motos que
estaban en la salida, y también las voces de los caballistas citando a los
toros. Fue un encierro movido, que desde el principio costo encerrar a los
toros. Cuatro toros con seis mansos componían la manada del encierro. Cuando el
camino se empinaba un toro colorado dio la espantada, llevándose a otros dos
detrás de él, pudiendo encerrar únicamente a un toro. Mientras volvían con los
mansos, los tres toros escapados corrían por los campos de la zona, el colorado
que había iniciado las hostilidades iba solo, y un negro y otro colorado iban
juntos. Cuando reunieron a los bueyes fueron a por los dos toros que estaban
juntos monte a través. Ya con los dos toros fueron a por el colorado. De vuelta
a la plaza con los tres toros y la magnífica parada de bueyes, el colorado
volvió a emprender la huída, llevándose a los mansos detrás, hacia la querencia
del corral de suelta. Volvieron a agruparlos, escapándose varias veces más. Finalmente
decidieron dejar en el campo al toro colorado y llevar a los otros dos por una
ruta alternativa con más querencia para los animales. Alabar la constancia de
los caballistas y el buen hacer de los mansos, que permitieron enchiquerar a
los toros.
Con algo de retraso empezaba la
largada en la plaza, soltándose a los animales del encierro que habían llegado.
Ya por la tarde hubo una capea en
la plaza construida por los mismos vecinos del pueblo. Se soltaron varios
novillos-toros, a los que se les paró con el forcón. Los animales parecía que
tenían la lección aprendida y se empleaban poco, atacando normalmente en los
flancos, y teniendo que girar rápidamente las horquillas porque los toros
embestían por el lateral. Demostraron destreza los portadores y el timonel para
que los toros no se colasen. Varias veces tuvieron que girar el forcón a gran
velocidad, lo que provocó que los portadores del flanco cayeran y fuesen
arrastrados mientras el toro seguía embistiendo y girando.
Después de parar a los toros de
salida se les toreaba y rodaban. Varios mozos pararon a los toros como los
forçados. Algunos con más tesón y valentía que práctica.
También se soltó una vaquilla añoja
para los más peques, los cuales emularon bastante bien a los mayores, incluso
una chica fue muy valiente al parar a la vaca.
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