TORO JUBILO MEDINACELI 15/11/14
Hasta cuando un acto taurino que
cuenta con todos los permisos va a ser boicoteado y los detractores de la
fiesta salen airosos una y otra vez. El acto empezó con unos 45 minutos de
retraso, porque un grupo de activistas se encadenaron al poste donde se amarra
al toro. No fue suficiente con incitar anteriormente a un pueblo entero, insultarles,
pasear libremente con pancartas alusivas en contra de los toros. Para más inri,
se les permitió leer un escrito en el centro de la plaza, con la guardia civil
custodiándolos. Y después se encadenan. Como puede ser que una manifestación de
unas 70 personas, pueda pasear libremente por Medinaceli, insultar al pueblo, y
llevar una cadena para esposarse. La concentración estaba anunciada
anteriormente por las redes sociales, y de hecho había una presencia policial
mayor de la habitual. Entonces porque después de los incidentes de Tordesillas,
donde estos manifestantes llevaban clavos y gases lacrimógenos, no se les
cachea para ver que llevan. Porque se les permitió la entrada a la plaza y
después se les dejó encadenarse??? Con todo este circo, finalmente fueron
arrestados 4 activistas por desórdenes públicos y otro por lesiones a agentes. También
fueron denunciadas 51 personas. Dentro del comunicado que leyeron, dicen:
"No es infrecuente que algunos toros terminen intentando poner fin a su
sufrimiento lanzándose contra un muro o despeñándose, o acaben muriendo de un
infarto por el estrés", si esto que mencionan ha ocurrido alguna vez, lo
desconocemos. Con frases como esta y actuaciones como las vividas en
Medinaceli, los pocos que hay en contra, pierden todos sus argumentos.
El toro del Jubilo de Medinaceli
es actualmente el único toro embolado con fuego en Castilla y León, es una
tradición de la Edad de Bronce, aunque el primer referente escrito data del 29
de septiembre de 1.559, cuando el rey Felipe II en su luna de miel acudió a
Medinaceli con su tercera esposa (Isabel de Valois), y desde el balcón del
Palacio Ducal presenció la tradición de embadurnar y embolar un toro con fuego
cuando había hechos relevantes o tenían visitas de personajes ilustres ("Se
encendieron muchas luminarias y se corrió un toro con husillos de fuego en los
cuernos"). Por lo que en aquella época podía haber varias celebraciones de
este tipo en un mismo año. Es a finales del XVIII cuando se hace el ritual en
la noche del 13 de noviembre, festividad de los cinco mártires de los Cuerpos
Santos, Arcadio, Probo, Pascasio, Eutiquiano y Paulino, cinco salmantinos
martirizados en África y cuyos cuerpos llevaron a Medinaceli. Cuenta la leyenda
que fueron transportados por un toro con unas teas encendidas con fuego en sus
cuernos y llegaron el 13 de noviembre, es por eso esta la fecha elegida y por lo que junto al toro se encienden cinco
hogueras, en representación de los cinco Cuerpos Santos. Esta festividad empezó
a celebrarse el 13 de noviembre de 1.610 y no se menciona ningún toro de fuego,
aunque podría ser, ya que eran habituales. Este toro en la antigüedad era sacrificado
tras el rito y su carne era consumida por el pueblo para purificar y fortalecer
sus cuerpos. Desde 1.979 se celebra en la medianoche del sábado más cercano al
13 de noviembre.
El toro que se usa no siempre es
sacrificado, ya que ha habido toros que han repetido hasta en tres ocasiones
este rito, por lo que se demuestra que no debe ser tan dañino como nos quieren
hacer ver, ni se quedan ciegos.
El toro elegido este año era un utrero
de la ganadería de Relancio de Gallur (Zaragoza), de nombre Islero y 503 kilos
de peso y salió a la plaza a eso de las 0:15, cuarenta y cinco minutos más
tarde de lo indicado y programado. Salió de corrales y se dirigió al poste,
donde le embadurnaron desde las patas, la cara y el lomo, para que cualquier
pequeña chipa que salte sea apagada inmediatamente. Después se colocan unas
pequeñas estructuras metálicas en la testuz del animal y los cuernos con dos
bolas que son impregnadas con una mezcla de aguarrás y azufre para que ardan. Esta
estructura aleja lo suficiente y hacia arriba el fuego, por lo que el toro no
lo ve, le ilumina simplemente. Por lo demás la luz volvió a ser la
protagonista, junto con Islero y el rito volvió a celebrarse con normalidad
después de los incidentes previos.
En la actualidad se esta
intentando que la UNESCO reconozca esta tradición como patrimonio cultural
inmaterial.
Fotos realizadas by Felipe Moreno y Leticia Taurina
(Femada.net)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por su comentario.