ENCIERRO CIUDAD RODRIGO 11/2/13
Buen encierro tiene Ciudad Rodrigo,
y en el Carnaval se respira taurino en cualquier esquina.
El encierro urbano sale desde unos
pequeños corrales que hay al comienzo de la calle Foxá, casi en el puente sobre
la A-62. Desde ahí los animales tienen que recorrer toda la Av. Agustín de
Foxá, calle larga y con pendiente ascendente in crescendo. Este año han
alargado el vallado en la parte derecha al principio del recorrido, y llegando
a la zona de los pinos también se ha colocado vallado nuevo, restando
vistosidad para el corredor y aumentando los lugares donde el público puede
presenciar el encierro. Luego gira a la izquierda por la Calle Campo Frío,
calle que pasa del asfalto a un empedrado, estrechándose para pasar a la zona
conocida por El Registro. En esta calle la manada suele ir más despacio, por el
largo recorrido que lleva hasta aquí, todo ascendente, porque agarran peor en
el empedrado y porque el embudo que se produce les desconcierta.
Una vez que se entra al registro,
el recorrido se ensancha haciendo una plazoleta, es una de las zonas más
peligrosas del recorrido, los animales respiran, ven hueco, los corredores se
cruzan con recortadores, estos sacan al toro de la trayectoria habitual. Es
normal que si la manada consigue llegar compacta hasta este punto, alguno de
los toros se quede. Y decimos que si se consigue porque lamentablemente cada
vez hay más gente que los para de salida. Este año los organizadores han
intentado concienciar que no citen a los toros en el encierro, que para eso
esta la zona de los pinos en el desencierro. Es una pena como año tras año se
ve como lastiman a los animales de salida, haciendo que solo unos pocos puedan
disfrutar de ellos, pudiendo tener toros para todos. Ya existen toros vírgenes en
las calles como son el del Antruejo y el del Aguardiente.
Después de la zona de El Registro
se entra en la zona más bonita del encierro, sino fuera porque la manada suele
llegar rota. Es la entrada al casco urbano por la bóveda. De aquí hasta el
final hay pocas zonas con vallado, se recorre toda la calle Madrid hasta la
preciosa plaza, solo por ver la plaza merece la pena ir a Ciudad Rodrigo.
La crónica del encierro es algo que
suele ser tónica habitual de los lunes de Carnaval y es que los toros lleguen
de uno en uno. Los 6 toros eran de la ganadería extremeña de los Bayones. Toros
grandes, enormes, con poca movilidad. Dos de ellos tardaron en salir de los
corrales.
A las once en punto sonaba el
repique rápido de las campanas anunciando el comienzo del encierro. Y es que en
Ciudad Rodrigo hay un sistema de señales por medio de las campanas que avisan
lo que esta sucediendo.
Los mansos fueron por delante, y
luego de uno en uno el resto de toros. El primero de los toros se dio la vuelta
justo antes de entrar al registro, cruzándose con el que venía en segundo
lugar. Fueron rápidamente dados la vuelta hacia la plaza. Después venía otro
toro con el pitón derecho partido. A este toro se le tuvo que llevar en carrera
continua a punta de chaqueta. Estos tres primeros toros hicieron el recorrido
en unos veinte minutos. El cuarto fue recortado en la zona media de Agustín de
Foxá, pero una vez que cogió ritmo fue de continuo hasta la plaza, muy bien
conducido por los experimentados y buenos corredores.
Los dos últimos tardaron una
eternidad en subir. El jabonero salió con un manso con mucho peligro, que subía
y bajaba continuamente por el recorrido del encierro. El jabonero llego a
tirones hasta la bóveda emplazándose en esa zona cerca de una hora. Al igual
que el último de los toros que se emplazó nada más entrar al Registro. Estos dos
últimos toros fueron llevados hasta la plaza desde la bóveda enmaromados,
tirando de ellos los aficionados allí presentes. El encierro acabo cerca de la
una de la tarde.
La capea estuvo entretenida y la
plaza llena. Luego se hizo el desencierro con tres de los toros del encierro
matinal. Después de comer hicimos turismo por Ciudad Rodrigo.
Ya por la tarde hubo capea en la
plaza y nuevamente desencierro con los tres toros del desencierro de la mañana.
Uno de ellos hizo el desencierro directo con los mansos hasta los corrales,
mientras que los otros dos bajaron de uno en uno y se quedaron un rato en la
zona de los pinos. Uno de ellos tuvo más movilidad, sobre todo en la parte
alta, el otro se emplazó en un charco y costo encerrarlos en los corrales.
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