Con un cúmulo expectativas y alegría parte del Equipo de Toro O Nada llegó a Pamplona con la ilusión de transmitir imágenes de todo lo que acontecía en San Fermín 2.013, otra parte de nuestros compañeros se encargaron de visitar otros lugares de la geografía de nuestro país. Desde aquí quiero reconocer una vez más el trabajo de nuestros amigos cámaras que varios días a las 4:30 am estaban en pié comprometidos totalmente con este proyecto.
Muchísima gente y calor una combinación que incitaba refrescarse, el blanco de los trajes desaparecía con los minutos de espera que en total fueron veinte por un tema que no merece la pena mencionar. Llegamos una hora antes de la cita, nos acomodamos en la puerta de un portal, que más tarde sirvió de refugio para los que les faltaba el aire, vimos chicas que hicieron de enfermeras para ayudar a sus congéneres.
Los pamploneses al igual que ciudadanos de todas las nacionalidades, razas, colores y estratos sociales del mundo sin límites territoriales disfrutamos por igual de esta experiencia entre apretujos y empujones, sonreíamos, cantábamos y bailábamos desatando nuestros pañuelos de la muñeca del brazo para ponérnoslo en el cuello. Un acto que se hace con los rostros muy contentos, en una fiesta inolvidable.
Algunos llegaban tarde para subirse a los balcones cuando ya no había espacio para pasar provocando disgustos y pisotones, pero, claro está que quién se mete dentro de esta conglomeración debe asistir con una dosis de tolerancia.
La lluvia de vino, gaseosas, agua y harina era un mágico cóctel que caía y unía a las personas con un mismo fin, pasárselo muy bien. Y así fue...
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