ENCIERRO AJALVIR 31/1/14
Desde hace bien poco, Ajalvir tiene
el privilegio de ser la primera localidad de España que celebra encierros con
los toros que son lidiados en la tarde. Antes ese privilegio era para
Valdemorillo. Ajalvir es una localidad cercana a Madrid, fundada por los árabes
que celebra sus fiestas en honor a San Blas y la Virgen de la Candelaria. Siempre
han tenido tradición los festejos populares taurinos, soltándose toros por las
calles y celebrándose capeas en la plaza. Desde hace unos años se festeja una
feria taurina, que abre los carteles del panorama nacional, haciendo corridas
de toros en el fin de semana más cercano al 3 de febrero.
Este año se han recuperado los
encierros nocturnos, soltándose en la noche del viernes tres toros de capea por
las calles. Aunque en la Comunidad de Madrid el reglamento impide el recorte de
toros por las calles, es habitual que en Ajalvir se recorten los toros en la
calle (como se ha hecho toda la vida), y más si son para capea y no lidia
ordinaria.
Este primer encierro empezó con
bastante retraso, cosa también normal en Ajalvir, y es que en ese aspecto no
son nada serios. El encierro estaba programado para las 20:00 horas, empezando
a cerrar las talanqueras a esa hora. A las 20:20 llegaba un numeroso grupo de
protección civil al final del recorrido, empezando a repartirse por él a partir
de ese momento. Ya a las 20:30 empezaba el primer encierro. Un utrero bien
presentado, ligero, junto a tres mansos bastante grandes, pero ágiles. A este
primer novillo se le intentó parar en varias ocasiones, incluso se le citó con
chaquetas, una de las cuales se apropió el cornúpeta, llevándola hasta la plaza
en el pitón derecho. Mucha gente corriendo, dando distancia al no estar muy
bien iluminado el recorrido.
El segundo del encierro, un toro
herrado con el 38 y de guarismo 8, dio síntomas de mansedumbre y exceso de
peso. Salió sin querer nada con los mansos, costó que saliese de la primera
calle, la calle Mayor. Con sufrimiento por parte de los corredores consiguieron
a base de ir rodando al toro que llegase tras 15 minutos hasta el tramo final,
justo hasta las puertas del consultorio médico. Pero el toro daba síntomas de
cansancio y mansedumbre, y una de las veces, se dio la vuelta emprendiendo la
carrera hasta los corrales de suelta. Varias veces soltaron a los mansos desde
la plaza en búsqueda del toro, sin conseguir que el toro se hermanase a ellos,
haciendo varias carreras, usadas por los jóvenes para entrar en calor, ya que
la noche era fría. Con casi una hora en el recorrido se consiguió que entrase
el toro en la plaza, y eso gracias a la destreza de los dos que le fueron
llevando con el capote. Poca organización, sacando una y otra vez a los mansos,
no buscando otra alternativa. Quizás lo suyo hubiese sido sacar al tercer toro
para intentar que se hermanasen los dos.
El último toro de la noche fue un
toro colorado, con más peso que el anterior y también de guarismo 8. Hizo el
recorrido solo, por detrás de los cabestros. A un ritmo muy lento, sin
arrancadas, dándose la vuelta en continuas ocasiones y arremetiendo en talanqueras
y barrotes. Llegó sangrando por uno de los pitones, debido principalmente al
exagerado corte de sus defensas y los innumerables golpes que dio en las
maderas y barrotes metálicos. Por fin a las 22:00 horas entró en los corrales
de la plaza.
A continuación se celebró una capea
con los toros que participaron en el encierro. El primero de ellos se movió
bastante. Fue recibido en el ruedo por Pakito, dándole un salto de salida que
calentaba el ambiente. Después empezó a barrer y una chica, que estuvo toda la
noche muy valiente se llevó un fuerte golpe al no saber saltar al callejón. Fue
recortado en bastantes ocasiones, yendo bastante bien por ambos pitones. Fue aprovechado
por los maletillas, toreándolo con la muleta con ambas manos. Algunos de ellos
abucheados y silbados desde las gradas
durante su actuación, pero aplaudidos cuando esta se acababa. No entendemos
como se pita a la gente que está delante de un toro. El toro que se suelta en
las capeas es para todos, y normalmente se deja que se recorte antes de ser
toreado, así que todos pueden disfrutar. En las capeas han existido siempre los
maletillas, al igual que los recortadores, cortadores, rodadores, saltadores,
quebradores, y todas las artes del festejo popular, y pueden seguir
compartiendo afición y toros. Hay veces que por el puro egoísmo, se quitan los
toros unos a otros, perjudicando al toro, sin darle esos momentos de tregua tan
valiosos al animal para poder coger aire.
Fotos realizadas por RGH
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