ENCIERRO CIUDAD RODRIGO 4/3/14
A las 9:00 de la mañana en punto
salía por la puerta de chiqueros Aviador, toro de la prestigiosa ganadería de
Adolfo Martin, herrado con el 101, fue donado por Ángel Rico, persona
popularísima de San Felices de los Gallegos, siempre con su inconfundible
camisa de manga corta rosa y su vara. Ejerció de director de lidia, y después
de unos minutos en la plaza, pidió que abriesen la puerta para que corriese por
la calle Madrid hasta el registro, cosa que el toro no hizo caso y no salió de
la plaza, con la consiguiente desilusión de los muchos aficionados que esperan
impacientes la salida del morlaco para correrlo por la mágica calle Madrid. Ángel
pidió que soltasen los mansos, para ver si de esta manera el toro salía tras
ellos por la calle, ya que estaba más cómodo en la arena de la Plaza, Mayor que
en el asfalto de la calle Madrid. Después de una hora con Aviador en la plaza
sin querer salir entró rápidamente en chiqueros, esta vez sí, con la ayuda de
los cabestros.
Pasados unos minutos de las 11:00
comenzaba el último encierro de este Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo 2.014.
Salían raudos y veloces los 6 toros de la ganadería de Adolfo Martín. Primera comparecencia
de la ganadería cacereña, cuyas reses pastan principalmente en Escurial, finca “Los Alijares”, ganadería principalmente
torista, con ese picante que tanto nos agrada a los aficionados que tiene la
procedencia Albaserrada. Rapidísimo encierro, salieron dos mansos primeros del
coral, luego con los toros siempre en cabeza, cinco de ellos por delante,
enfilados, mirando y sacando la cara constantemente de manera peligrosa. El sexto
algo más rezagado, poco a poco fue perdiendo metros respecto a sus hermanos, en
la zona del registro llego casi andando. Por detrás y casi de cabestros escoba
los cinco mansos, muy lentos, casi andando. Por delante los toros se
disgregaron un poco en el registro, pero en la calle Madrid volvieron a enfilar
rápidamente entrando casi al unísono en la plaza los cinco que encabezaban el
encierro. Uno de los encierros más rápidos de Ciudad Rodrigo, unos 6-7 minutos
en recorrer los casi 1.250 metros, y eso que el sexto y último toro entró muy
rezagado, por no decir los cabestros que acusaron los intensos cinco días que
tienen, en los que recorren varias veces el recorrido, más las veces que les
toca salir a por toros rezagados en encierro y desencierros o a meter toros de
las capeas, tanto diurnas como nocturnas.
A las 12 fue la capea, buena y
vibrante, donde los adolfos se comportaron como verdaderos toros. Eran toros
grandes, con muy buena presencia, pero sin exceso de kilos, lo que les hacía
ser ágiles pese a la carrera que acaban de protagonizar. El tercer toro de la
capea se resistió un poco a entrar en toriles, pero cuando lo hizo, rápidamente
se produjo el desencierro.
Si veloz fue el encierro, más
rápido fue el desencierro. Esta vez los Adolfo se hermanaron a los cabestros,
corriendo a la estela de estos hasta los corrales de San Pelayo. Los tres toros
se arroparon muy bien con los bueyes, lo que impidió ver carreras limpias de
los mozos. Tampoco se pararon como suele ser costumbre en la zona de los pinos,
sino que ralentizaron un poco la marcha, bajaron lentamente la ladera y
emprendieron la última recta a ritmo muy templado, con dos bueyes y un toro
encabezando la manada, siendo cerrada por los dos toros restantes. Hicieron rápidamente
los 750 metros de desencierro.
En definitiva, no defraudaron los
toros de Adolfo, estuvieron bastante bien, aunque aviador no quisiese salir al
asfalto y los del encierro no se parasen en el registro, que es lo que quiere
tanta gente. Un acierto, y es que esta demostrado que con lo que se exige a los
toros en Ciudad Rodrigo, estos tienen que tener cara, pero no peso, y a ser
posible toros con picante, del tipo avispa, que vuelan por las calles, y se
palpa el peligro.
Fotos realizadas by Pablo Espartosa
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