ENCIERRO CHINCHÓN 25/7/14
Con una puntualidad asombrosa
comenzaba el encierro de Chinchón de las fiestas de Santiago apóstol. Salían
los 3 mansos desde los corrales de la plaza, bajando por la empinada calle de
los Huertos. Calle sin apenas talanqueras, únicamente en el tramo final de
entrada a la plaza en el lado derecho y en la parte baja a la izquierda. Los toros
salen desde el camión que se sitúa en la Calle del Espejo, dejando esta zona
sin corredores. Tres fueron los encierros que se corrieron. Los dos primeros
con los erales de la novillada de la tarde, soltados en dos tandas, de tres
erales con tres bueyes cada una. La ganadería era de Sánchez Ybargüen,
extremeña de origen Domecq. Pastan en la finca "Peñas Blancas" de
Mérida, Badajoz.
La primera carrera iba con un
novillo negro por delante, muy buscón y apretando muchísimo. Por detrás, algo
arropados con el primer manso, dos novillitos colorados. Bastantes corredores
los que se concentraron en Chinchón, que corrieron esta primera carrera dando
distancias. A la entrada de la plaza un joven fue arrollado en carrera por uno
de los novillo colorados que se adelantaron en el tramo final de bajada al
ruedo.
Entraron rápidamente en los
corrales y bajaron nuevamente los bueyes a por los otros tres novillos. En esta
segunda carrera iba un novillo colorado muy fuerte por delante, barriendo en
las talanqueras del lado izquierdo y derrapando en media cuesta al ir a cambiar
de dirección. Se cruzó completamente de lado a lado la calle, siendo cogido por
los tres bueyes y dos novillos, llegando de forma compacta a la plaza.
A continuación se corrieron los
dos utreros de la ganadería manchega de Víctor y Marín. Con procedencia amero
Cívico-Santa Coloma-Arranz-Núñez. Toro con picante. El 99 salió muy fuerte,
barriendo por todo el vallado izquierdo, a media cuesta aminoró el ritmo y
empezó a zigzaguear, llendo a los cites de los mozos que intentaban recortarle
en el recorrido. Por detrás, entre los mansos, subía el 87, siendo recortado
por un mozo que se metió entre el cabestro y el morlaco. De bonita presencia,
les faltaba algo de cuajo, sobre todo en los cuartos traseros que estaban un
poco faltos.
Después fueron soltados en la
bella plaza de Chinchón, aunque se vio más bien poco, ya que los astados rápidamente
se apagaron, siendo aprovechados tan solo por los maletillas que pudieron dar
algún que otro buen pase. Dada la pasividad de los utreros, los jóvenes se
animaron a colocar anillas, aunque poco pudieron hacer, ya que prácticamente se
movían. El caso es que parecían ir bien, pero la falta de fuerza, el calor, o
el saber demasiado, hizo que se apagaran poco a poco. El primero de los
novillos tuvo que ser metido en los corrales con la soga, ya que ni los mansos
ni el utrero querían entrar por el callejón de chiqueros.
Fotos realizadas by RGH
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