ENCIERRO ARGANDA DEL REY 11/9/13
En la entrada anterior hablamos del
recorrido del encierro de Arganda, la tradición, sensaciones y costumbres. El
recorrido por la zona baja es el de toda la vida, antiguamente venían los toros
desde el campo con caballos y lo que ahora está vallado era la zona en la que
se corría por los mozos del pueblo. La zona de la rotonda estaba abierta, había
una plazoleta en la que se solían quedar los toros. En la actualidad la manga
tiene en casi todo el recorrido el mismo ancho.
El encierro del miércoles era como
es costumbre a las 9 de la mañana, con novillos de Juan Pedro Domecq. Se
bajaron los cuatro mansos desde los toriles de la plaza hasta los corrales de
suelta, allí aguardaron a que sonase el cohete. Cuando suena el cohete abren
las puertas de los corrales para que salgan los mansos por delante y todas las
puertas del camión para que vayan los novillos tras ellos. Este método hace que
sea normal que algún toro se quede rezagado.
Nada más salir los novillos del
camión se enzarzaron entre ellos, pegándose bien. Estaban muy nerviosos, cosa
poco habitual en este encaste. Pasados unos segundos salió un novillo negro por
el lado derecho arremetiendo contra los barrotes verticales, le siguió otro más
por el lado izquierdo. Uno a uno fueron saliendo, cruzándose la calle de lado a
lado, mirando, embistiendo los barrotes, pegándose entre ellos, resbalándose,
en fin un encierro atípico. En la zona de la rotonda un conocido corredor es
corneado en el muslo cuando iba a entrar entre los barrotes por el primero de
los novillos que se da la vuelta y va directo a por él. Fueron subiendo uno a
uno los novillos, quedándose uno rezagado en la primera parte, buscando mucha
pelea.
En la calle San Juan subieron por
delante los bueyes, después en fila cinco novillos, pegándose entre ellos, con
caídas de corredores en la cara, los novillos se movían mucho de lado a lado. Fueron
llegando de uno en uno a la plaza.
El último de los toros, el 69,
resbaló a la altura de la iglesia, subiendo muy despacio el resto del encierro,
dando sensación de peligro. En la plaza el toro colorado entro directamente a
los corrales detrás de los mansos, y en el centro se quedaron los dos jaboneros
y dos negros emplazados, arrancando continuamente y embistiendo en los
barrotes. Cuando llego el 69 a la plaza, empezaron a pegarse entre ellos y a
mostrarse mucho más nerviosos. Costo que entrasen en los toriles, más de 10
minutos.
Después fue el encierro con los
toros de capea. Como es habitual abrieron las puertas del camión y de los
corrales a la vez que sonó el cohete, tardando unos segundos en descender del
camión los toros. Lo hicieron tres y el cuarto quedó algo más rezagado. Salieron
embistiendo en los barrotes del lado derecho. El jabonero iba por delante,
fuerte pero manteniendo más o menos una línea recta. Se vieron preciosas
carreras. El jabonero, un utrero de bella estampa sobrepasó a los bueyes, por
detrás iban de uno en uno los otros tres negros, lo que permitía que los
corredores pudieran ir haciendo relevos cortos con los toros. El segundo
alcanzó a los mansos, entrando en la plaza escoltado por ellos. Y algo más
lentos y templados con distancia entre ellos los otros dos. En la plaza
entraron los ocho animales casi juntos, con unos metros de distancia entre
ellos que permitían carreras en el hueco.
Dejaron al jabonero en la capea de
la plaza. Fue algo soso y se le tuvo que meter con la soga bajo un tremendo
aguacero. El segundo lo soltaron diluviando, hecho que provocó que hubiese poca
gente en el ruedo. Muy buena pinta tenía el astado. Lástima del aguacero.
Fotos realizadas by Gurú.
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Toro O Nada
pues vaya cronica, ese dia hubo un herido por asta de toro justo donde estabas tu.
ResponderEliminarPara empezar las crónicas no las hacen los cámaras de Toro O Nada y para finalizar, no es los heridos el tema a lo que se dedica este blog.
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