ENCIERRO BRIHUEGA 16/8/14
Brihuega cuenta con uno de los
encierros más antiguos de España, con referencias de 1.531. Antiguamente
entraban al pueblo con caballos hasta la plaza del Coso, pero cuando se
construyó la plaza de toros de “La Muralla”, en el año 1.965 el encierro cambió
y se singularizó, diferenciándose del resto, motivo por el que desde 2.009 son
declarados de interés turístico regional. Los toros desde entonces salen de la
plaza, recorriendo las calles del pueblo, cruzando la plaza del Coso, siguiendo
por los Rosales (C/ Mayor), continuando por la calle de las Armas y saliendo a
la carretera (Av Constitución) por la que salen directamente al campo por la
calle Jesús Villa Rojo. Como marca la tradición, todo el recorrido urbano es
con corredores, y los caballos esperan en la zona de las piscinas para
conducirlos hasta el campo. Una vez en campo abierto son llevados hasta un hoyo
donde les dejan descansar. A medianoche vuelven a por los toros con caballos,
haciendo un proceso de búsqueda, puesto que se dejan en libertad desde que
finaliza el encierro. Cuando se han reunido a todos los animales (hay años que
no se logra), se conducen a caballo entrada la noche hasta el pueblo. En esta
ocasión entran por la parte sur, por la Avenida de la Constitución y suben
hasta la iglesia de San Felipe donde son encerrados en un pequeño cercado y
pasan la noche. A la mañana siguiente, a eso de las 12:00 son corridos hasta la
plaza de toros, haciendo el recorrido a la inversa del día anterior.
Es un encierro diferente, que
atrae cada vez a mayor número de espectadores, seguidores, corredores y
caballistas. En esta ocasión se corrieron cuatro torazos en puntas (al igual
que el año pasado) de Conde de Mayalde, adquiridos a Sandra Sopeña. Cuatro señores
toros, dignos de Brihuega, quizás con exceso de kilos que les impidió más
movilidad.
A las 18:41, con 11 minutos de
retraso sobre el horario previsto, sonaron los tres cohetes dando comienzo el
encierro, y lo hacía mal desde el principio. Unas desafortunadas decisiones en
la suelta, hizo que los animales arroyasen a uno de los toros, pasando por
encima de él, repercutiendo enormemente en el desarrollo del encierro. Nada más
salir el toro jabonero (el más grande), se lastimó una mano, no pudiendo hacer
el encierro. También en la misma salida hubo una fea cogida. Con estos
imprevistos de salida, dos fueron los toros que hicieron limpiamente el
encierro hacia el campo, saliendo rápidamente de las calles, y perdiendo
velocidad por lo ascendente del trazado y el excesivo volumen. Los caballos los
recibieron prácticamente andando, siendo conducido únicamente uno de los dos
hacia las colinas. El otro se refugió en la sombra. Por detrás venía un toro
muy fuerte, andando casi desde que entró en la calle de Jesús Villa Rojo, muy
bien conducido por los mozos y los caballistas, se emplazó en el pilón. Tras unos
minutos consiguieron juntarlo con el otro toro que se había quedado en la
sombra e iniciaron con los dos la subida hacia la colina, volviéndose a quedar
este tercer toro. Al otro aprovecharon la inercia que llevaba y lo juntaron
junto a los mansos con el primer toro que había subido directamente, conduciéndolos
a todos a la hoya. Mientras el tercer toro, se arrancó e hizo hilo a un mozo, teniéndose
que tirar este a unas zarzas, siguiéndole el toro. Se vivieron momentos de
pánico puesto que no se veía lo que estaba pasando en el interior de las
zarzas, pero estas se movían mucho. Finalmente con ayuda de la gente
consiguieron sacar al toro y al mozo, llevándose al toro, el cuál bajo de nuevo
hacia Brihuega, emplazándose en las naves.
Bonito y entretenido encierro. Bien
conducido por los mozos y caballistas, con toros muy bien presentados y
grandes, pero con más kilos de los que les permitía la caja, lo cual les
dificultó movilidad, teniendo que parar en demasiadas ocasiones.
Fotos realizadas by RGH
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