21 feb 2015

Encierro a Caballo Ciudad Rodrigo. Desencierros 15/2/15. Zona Árbol Gordo

A Toro Riesgo!!!!

ENCIERRO CIUDAD RODRIGO 15/2/15

Encierro muy rápido, con muchísimos caballos, es el resumen del encierro a caballo del domingo en Ciudad Rodrigo. Con 6 toros de Santos Alcalde, 8 bueyes y por lo menos 43 caballistas que además de llevar a la carrera durante casi todo el encierro a los astados, al llegar a las calles no dejaban hueco para que entrasen los mozos a correr, incluso alguno bajando la garrocha.

Los toros de la ganadería local de Santos Alcalde, procedencia Domecq ofrecieron un bonito encierro, con dos toros casi todo el trayecto en el campo con unos metros por delante, al llegar a la calleja de Valhondo, tan solo iba adelantado unos metros uno de los toros, mientras que los otros 5 iban muy arropados con los bueyes. Este año han estado desde mucho antes encabestrando a los toros y moviéndolos en el campo con los caballos para que no se desorientasen, un verdadero acierto.

Los toros salieron unos minutos antes de la finca de Casasola, a unos 4 kilómetros de Miróbriga, casi desde el principio les llevaron corriendo, no les dieron aire, lo que alguno acusó y le costó llegar a la preciosa Plaza Mayor. Llegaron a la carrera a Agustín de Foxá, con la manada casi agrupada, con un toro por delante, pero ahí, en vez de apartarse los caballos algo y dejar a los miles de aficionados que se dan cita, disfrutar de los toros, los caballistas llevaban muy encerrados a los toros, sin darles aire. Se fueron desperdigando toros, incluso un caballo sufrió una cornada por ir tan encima del toro entre el atalancado. Cuando van a dejar los caballistas disfrutar de este encierro de la gente de a pie. Para ellos es un éxito que lleguen los toros a la zona urbana, aunque sea al esprint, en la zona urbana es un peligro que vayan tan cerca, ya que con tantos corredores y tantísimos caballos, es fácil que haya arrollamientos, además la reacción de los caballos con la gente y el asfalto no es igual que en el campo, y también hay que tener en cuenta las zonas de pintura de los pasos de peatones, el vallado, donde un jinete tiene poca escapatoria si le aprieta el toro hacia esa zona, etc.

El hecho que los toros fuesen a la carrera casi desde el principio, hizo que llegasen a la zona urbana cansados, cayéndose varias veces un par de toros. Según se van empinando las calles, los toros iban perdiendo velocidad y a irse rezagando, llegando a la zona del registro un primer toro con cinco o seis caballistas, después un toro colorado rodeado de los seis bueyes, y luego con cuentagotas el resto de los toros, de uno en uno, dándose la vuelta y cayéndose constantemente. Aquí y gracias a los magníficos corredores que se dan cita en Ciudad Rodrigo, y no gracias a los jinetes, fueron capaces de llevar a todos los toros hasta el coso mirobriguense. Pocas carreras se pudieron ver, ya que cuando los toros tenían todavía fuelle, estos iban arropadísimos por los caballos.

Tal era el cansancio de los de Santos Alcalde, que de los seis toros, en la capea matutina tan solo salió uno, los otros dos fueron de Sánchez Herrero, de procedencia de El Raboso, que pasatan el Horcajo Medianero, en la carretera de Salamanca a Piedrahíta. Dieron muy buen juego, tanto a los recortadores, como a los tradicionales maletillas, y es que en Ciudad Rodrigo se respeta y mucho a esta figura.

De los tres toros soltados en el desencierro, tan solo tres llegaron a los corrales de San Pelayo, ya que uno de los astados tuvo que ser sacrificado al darse un golpe en la plaza nada más salir a esta. Desencierro rápido, con el primero de los toros llegando casi directo junto a los bueyes a los corrales, mientras que el otro se quedó un rato en la zona de los pinos, aunque rápidamente cogió el último tramo hasta San Pelayo, terminando el desencierro hacia las 13:15.

Ya por la tarde nuevo desencierro, casi más rápido que el de la mañana, con los toros muy hermanados a los bueyes.

Encierro limpio, sin cornadas, lamentar algún contusionado, como el sufrido por una joven recortadora que cuando iba en carrera corriendo a uno de los últimos astados se topó de frente con uno de los toros que se dio la vuelta, tirándola al suelo, sin tener que lamentar por fortuna ninguna cornada, únicamente contusiones. La única cornada se la llevó un caballo en Agustín de Foxá a la altura de la calle Doctor Fleming.


Fotos realizadas by P. Espartosa














































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