ENCIERRO CIUDAD RODRIGO. Toro del Aguardiente,
Encierro y Desencierro en Calle Madrid, Registro, Árbol gordo y Corrales San
Pelayo 17/2/15
Un toro precioso de guarismo 0 donado
por el Bar Ángel, de la ganadería de Adelaida Rodríguez, negro, grande, imponía
respeto y de nombre "Fumito" era el toro del Aguardiente 2.015. Al
igual que sucediese en 2.014, el toro fue donado por una persona para que no
desaparezca esta bella tradición. A las 9 de la mañana salía al coso de la
Plaza Mayor de Ciudad Rodrigo, y casi de salida volteaba sin mayores
consecuencias a un conocido y buen recortador de Peñafiel, no habían
transcurrido ni 30 segundos desde que saliese el astado, dudo un momento,
instante que fue usado por Fumito para voltear al peñafielense. Salía a la
calle Madrid rápidamente, y de allí enfilaba al registro, a un trote cansino,
parando unos segundos en la bóveda para entrar en el registro. Un buen rato
estuvo siendo recortado y doblado por los mozos, que lo devolvieron de vuelta
hacia el cosos, que estaba lleno para vez a este número 13. Poco pudieron
verle, ya que se quedó emplazado en la zona en la que se estrecha la calle
Madrid, junto a la zona que estaba el Bankia. Aquí fueron varios los que
citaron a Fumito para que se moviese, le tiraron agua desde un balcón, salieron
los bueyes, y a estos sí parecía hacerles caso. Pero cuando se dirigía hacia la
plaza, pegó un arreón, pillando a muchos desprevenidos por la espalda, gente
mayor, que a duras penas conseguían entrar por las ratoneras de las
talanqueras. Gracias a un muñeco con forma humana, en el que se fijó y embistió
y después a un joven que le intentó rodar, estos mayores consiguieron tener el
tiempo suficiente para ponerse a salvo. En las imágenes si se observa bien, se
puede apreciar que es un muñeco lo que esta tendido en el suelo en la calle
Madrid y que arroya el toro pasando por encima, a primera vista puede parecer
una persona inconsciente, pero ya sabéis que en Toro o Nada no mostramos ese
tipo de imágenes.
Un rato después, a las 11 de la
mañana daba comienzo el encierro con los toros de Valdefresno. Toros bastante
grandes, con kilos y mucha cara. Un encierro precioso y rápido. Los toros
salían hermanados, aunque rápidamente se quedaban por delante dos toros junto a
un cabestro, a unos metros de distancia llegaban otros tres toros con tres
bueyes y luego iba el sexto toro escoltado por dos mansos. Cuando la calle
empieza a empinarse, al llegar a la zona de los pinos, se empezaron a ver las
mejores carreras, con los dos toros que iban en cabeza desde el principio, más
un tercero que venía fuerte desde atrás, junto al manso que iba también
mirando. Luego tres bueyes y un toro. Por último el quinto toro iba perdiendo
fuelle y se quedaba con el sexto y los dos últimos cabestros. En la zona de los
Pinos la manada iba muy estirada, con carreras muy bonitas. Los cuatro primeros
toros continuaron en carrera hasta la plaza, mientras que los otros dos se quedaron
un rato en el registro. El encierro terminó con poco más de 10 minutos de
tiempo.
Después la capea con 4 de los
toros de Valdefresno y el desencierro con tres toros. Desencierro rápido, no
llegó a los 10 minutos. Los mansos fueron directos hasta los corrales de San
Pelayo, mientras que los toros se quedaron unos instantes en los Pinos. El
primero de ellos encarriló rápidamente la calle, y poco después lo hicieron sus
dos hermanos. Por la tarde noche, el último desencierro con dos toros, ya que
el tercero se lastimó una pata y no se pudo soltar. Desencierro largo, ya que a
uno de los toros hubo que llevarle con maroma hasta San Pelayo, ya con poca
gente en Miróbriga.
Buena nota en general a este
Carnaval del Toro, sobre todo en lo referente a los toros. Se la jugó el
ayuntamiento con las fórmulas que tuvo que aplicar para que con el presupuesto
que tenía poder celebrar un digno Carnaval. Quizás por tanto ajetreo, se han
olvidado de dos fechas muy importantes, dos símbolos en el carnaval, el 250
aniversario de la Campana situada en lo alto del Ayuntamiento (según el
historiador Juan Tomás Muñoz) que avisa de la llegada de los toros y el 100
aniversario de la Campana Gorda de la Catedral. Creemos que se debía haber
realizado algo, son dos cifras muy redondas que no se podían haber pasado por
alto.
Hay cosas buenas, pero sobre todo hay cosas
que se deben corregir:
·
La más importante
buscar una fórmula para despejar los
burladeros y a las personas que se pasan en las capeas con un pie en el estribo
y una mano en la madera, con un continuo subir y bajar, sin permitir tener refugio
a los que de verdad se la están jugando. Bien es cierto que por desgracia esto
ocurre en casi todas las plazas de España, pero la cantidad de gente que hay en
Ciudad Rodrigo, unido a que no hay callejón para que la gente salte, hace esta
práctica más peligrosa.
·
Por otro lado conseguir
restar protagonismo a los caballos al llegar a la zona urbana. Es algo muy
sencillo de conseguir y se permite disfrutar a mucha más gente.
·
Volver a dejar zonas
sin vallado, hace que el encierro sea más puro. El colocar el vallado esta
claro que tiene la intención de persuadir a los que recortan y doblan a los
toros, pero si se sancionase a los que lo hacen, estos dejarían de hacerlo en
el encierro.
Esperemos que sigan al menos por
el camino de este año. Y ahora toca esperar hasta el 5 de febrero de 2.016 para
ver el encierro de mansos que da comienzo al carnaval.
Fotos realizadas by P. Espartosa
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