14 may 2013

Encierro Colmenar de Oreja 3/5/13

A Toro Riesgo!!!!


ENCIERRO COLMENAR OREJA 3/5/13

Tres toros de uno en uno se soltaron en la fresca mañana del viernes en Colmenar de Oreja. Como es habitual, los mansos fueron por delante y luego los toros. El primero de ellos bajó hasta la plaza rápidamente.

El recorrido de Colmenar tiene varios tramos, el primero de ellos es el corral de suelta en el Callejón Pozo de la Nueva, en esta calle estrecha es habitual que no haya corredores. Después viene la Calle Concepción y la C/ Maria Teresa Freire, en las que los mozos intentan que el toro se de la vuelta, alargando de esta manera el encierro. Luego viene una bajada por la Calle Tomás Torresano, calle estrechita, con casas en ambos lados, tramo en el que esperan los corredores para conducir a los toros hasta la plaza. Al llegar a la calle Empedrada se gira a la derecha por una calle que se va estrechando y que como dice el nombre es empedrada. Y por último se gira a la izquierda, ya en una zona de losa, para entrar en la plaza por una puerta muy estrecha y con la particularidad que tiene escalones. En definitiva, el recorrido de Colmenar tiene su encanto. Es uno de esos encierros que hay que visitar una vez en la vida. A esto hay que añadir lo toristas que son, los astados que se corren por las calles de Colmenar suelen ser grandes y bonitos.

Al segundo, un toro castaño, se le dio varias veces la vuelta en la C/ Maria Teresa Freire. El cuatreño se empleó a fondo a los cites que le hacían, sin acusar el asfalto. Se necesitó que volviesen los mansos para que el toro fijase la mirada en estos y los siguiera, primeramente a paso lento y poco a poco incrementando la velocidad, viendo alguna carrera bonita en la C/Empedrada.

El último toro de la mañana, fue el más grande, un señor toro. Metía la cara cuando le mostraban la chaqueta, pero no se dio la vuelta. Los cabestros fueron en la primera parte por delante, incluso se pararon al ver que no venía el toro. Curioso ver como un corredor “espantaba” a los mansos a base de palmadas para que cogiesen velocidad. Fue a un trote muy lento hasta la plaza, emplazándose y no queriendo entrar en chiqueros. Impresionante la estampa del cuatreño. Casi siempre con la cara levantada imponía más.

A continuación se soltaron de uno en uno en la plaza los tres toros, siguiendo el orden del encierro.
































































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